San Juan de la Maguana.-La distinuida dama Celeste Feliz Tejeda, falleció a los 96 años, luego de varios meses de quebranto de salud, una maestra ejemplar de esa comunidad.
Hija de Gerineldo Feliz, uno de los fundadores del municipio de Padre Las Casas, Celeste creció en este pueblo antes de culminar sus estudios secundarios en Azua, donde luego incursionó en el magisterio.
Formó una hermosa familia con su esposo, el doctor Nicolás Enrique Mateo Bautista, procreando cinco hijos profesionales: Ysabel, Henry, María Luisa, Carmen y Augusto.
Los restos de Celeste son velados en la Funeraria Blandino de la Avenida Abraham Lincoln, de este domingo 8 de septiembre, y mañana lunes 9, se realizará un culto en la Funeraria Fortuna, de San Juan de la Maguana.
Posteriormente, será sepultada en el Cementerio Municipal de esa comunidad sureña.
A lo largo de su vida, Celeste fue conocida como una "Santa" por su dedicación a servir, dar amor e irradiar paz a quienes la conocieron y recibieron su enseñanza. Su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron la oportunidad de ser sus alumnos.
Comenzó su carrera como directora de la Escuela de Las Yayas de Viajama y posteriormente fue maestra en la Escuela Primaria Juan Pablo Duarte de Elías Piña.
En 1956, fue nombrada maestra en la Escuela Francisco del Rosario Sánchez de San Juan de la Maguana y más tarde en el Liceo Pedro Henríquez Ureña. Durante su carrera, siguió formando generaciones de jóvenes, muchos de los cuales se destacaron en sus profesiones, como la periodista Leonora Ramírez.
El año pasado, Celeste publicó el libro de poesía "Inspiración Divina", agregando una faceta más a su legado cultural. Su compromiso con la educación y el bienestar de sus alumnos la convirtieron en una figura respetada en San Juan de la Maguana y más allá.
Aquellos que la conocieron la recuerdan con cariño y admiración, destacando su entrega y su dedicación a la enseñanza.
Su labor como maestra trascendió las aulas y se refleja en generaciones de profesionales que hoy en día llevan consigo el impacto de su influencia positiva.
Durante décadas, se destacó por su dedicación a sus alumnos, llegando incluso a visitar a los padres de aquellos que faltaban a clases para indagar sobre su situación.
A lo largo de su vida, Celeste dejó una huella imborrable en la comunidad educativa y en quienes tuvieron la suerte de cruzarse en su camino.
Su legado perdurará en la memoria de quienes la conocieron, recordando su bondad, su paciencia y su amor por la enseñanza. Su familia, amigos y alumnos le rinden homenaje en este momento de despedida, honrando su vida dedicada al servicio y a la educación.
Que descanse en paz, y que su ejemplo inspire a futuras generaciones a seguir sus pasos en el camino de la educación y el amor por el prójimo.