Este primer tramo abarca 2,7 kilómetros y cuenta con cuatro torres de vigilancia de 30 pies de altura, según se informó en el acto encabezado por el presidente dominicano, Luis Abinader.
La primera fase de la verja fronteriza constará de 54 kilómetros de caminos, mientras que la segunda abarcará unos 110 kilómetros.
Se espera que esta primera etapa se inaugure entre lo que resta del año y los primeros dos meses de 2024.
En su discurso, Abinader afirmó que la verja beneficiará a ambos países porque «permitirá controlar de una forma mucho más eficiente el comercio bilateral, regular los flujos migratorios para combatir así las mafias que trafican con personas, hacer frente al narcotráfico, a la venta ilegal de armas y proteger a los ganaderos y los productores agrícolas del robo a sus crianzas y sembradíos».
Con este muro, subrayó, se combatirán las distintas formas del crimen organizado «que han querido tomar como base la frontera entre ambos países, por lo que el beneficio para ambas naciones será de gran importancia».
«La falta de control» en Haití, sacudido por una grave crisis en todos los órdenes y una espiral de violencia, «no tendrá un contagio en el lado dominicano bajo ningún concepto», aseguró Abinader.
Dijo que su política fronteriza «no es solo una política de Gobierno, es una política de Estado», pues, subrayó, «aquí se juegan nuestros intereses como nación, la defensa de las leyes de nuestro país y los derechos de nuestros ciudadanos».
La inauguración del primer tramo de la verja coincide con una polémica entre la República Dominicana y Haití, que comparten una frontera terrestre de casi 400 kilómetros, por la construcción en el lado haitiano de un canal para tomar agua del río Masacre, demarcación natural entre ambos países.
Por Agencia EFE