Según medios locales, pequeños autobuses con capacidad para unas 15 personas comenzaron a llegar este fin de semana al hotel Roosevelt con el fin de ofrecer a los migrantes -principalmente hombres solteros- un espacio para poder refrescarse en plena ola de calor en la ciudad.
Al final, los vehículos sirvieron para que numerosas personas pasaran la noche en ellos, mientras otros lo hacían en plena calle a la espera de poder recibir un alojamiento, ya sea en el hotel o en otros lugares habilitados para ello a los que se les redirige desde allí.
«Seguimos dando prioridad a niños y familias y encontramos una cama para ellos todas las noches», señaló al canal NY1 un portavoz de la Alcaldía, que recalcó que la ciudad no tiene ahora mismo capacidad suficiente para alojar a los cientos de migrantes que siguen llegando cada día.
El flujo de inmigrantes -en su mayoría demandantes de asilo llegados desde Latinoamérica- ha llevado a Nueva York desde el año pasado a casi 100.000 personas, de las que más de 50.000 están bajo cuidado de la ciudad, que además de albergue les proporciona alimentos, registro de sus hijos en la escuela y servicios sanitarios, entre otra ayuda.
Este mes, el alcalde Eric Adams ya anunció que se veía obligado a poner fin a la política de dar alojamiento indefinido para cualquier migrante y dio un plazo de sesenta días para los que llevan mucho tiempo acogidos en los albergues para que los abandonen y busquen otro lugar, recurriendo si es necesario a «amigos o familiares», con el fin de asegurar que las familias con niños tienen sitio.
Por Agencia EFE