Al tiempo que agradeció la presencia de los profesores y estudiantes en el evento y destacó la belleza que existe en una relación de familia entre el hombre y la mujer, donde la violencia no tiene cabida, sino que se ejecuta a través de una comunicación efectiva.
Señala la Agencia española EFE, que el doctor Margarín, durante su ponencia, precisó que la violencia como la expresión trágica de la necesidad no satisfecha, es la manifestación de la empatía y de la desesperación de alguien que sus palabras no bastan para hacer entender lo que el individuo quiere.
Expresó que la comunicación violenta es aquella que tiene lugar cuando nuestro lenguaje, interno o externo, ofende o hiere a los demás o a nosotros mismos, expresando una serie de insultos o de palabras ofensivas que de una forma crean traumas y daños a otra persona.
Explicó que Marshall Rosemberg desarrolló un modelo de comunicación no violenta, que busca que las personas se comuniquen entre sí y también cada uno consigo mismo, con empatía y eficacia que consolide el trato a los demás.
El profesional del derecho consideró que todas las personas que usan la comunicación empática o compasiva, entienden que todas las acciones se originan en un intento de satisfacer necesidades, deseos y metas, que en el fondo son legítimas o genuinas, pero que es preferible canalizar en forma sana y compasiva, evitando el uso del miedo, la culpa, la vergüenza, la acusación, la coerción y las amenazas.