Entre el azul de las batas de protección que visten los médicos y todo el personal que labora en la Unidad de Covid-19 de la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar, un corazón rojo intenso flotaba ayer a media tarde.
Era un globo de helio que tenía grabadas las dos primeras palabras que una mujer le externó a su pareja al verlo salir por la misma puerta que fue ingresado por presentar complicaciones a causa del nuevo coronavirus, según listindiario.com
“Te amo”, decía la escritura.
Aún débil por los días que duró hospitalizado, el joven recibió con entusiasmo desde la silla de ruedas el abrazo súbito de su esposa, a quien tenía cerca de una semana sin ver.
“No fue fácil, yo estoy feliz pero aún no me siento muy bien realmente”, manifestó el joven que logró pararse con ayuda y avanzaba lentamente hacia los asientos para esperar su transporte.
Mientras la dama retiraba las pantuflas médicas y le acomodaba medias y sandalias nuevas, indicó que lo único que puede decirle a la juventud que ignora la pandemia es “que el Covid está matando y no la vacuna”.
Regreso a casa
Al montarse en el vehículo rumbo a la provincia Barahona, de donde son originarios, pero que tuvieron que venir a Santo Domingo por falta de camas para pacientes con Covid, la pareja de esposos dijo adiós al hospital Luis Eduardo Aybar con un amor fortalecido y a prueba de Covid.