bohechiodigital@gmail.com--30/12/13---El Ministerio la Batalla de la Fe celebrará el próximo primero de enero el 50 aniversario de la Concentración Evangélica Nacional que realizan cada año en el Estadio Olímpico, en la capital.
En esta ocasión, y como de costumbre, celebrarán con alabanzas y adoración a Dios, con el cantante cristiano Marcos Witt como invitado especial.
Sin embargo, el significado de esta celebración va mucho más allá del acto para el pastor Ezequiel Molina Rosario, quien creó la concentración y ha estado al frente de ella durante este medio siglo.
Han sido, según cuenta, 50 años de desafío social, económico y espiritual, tras los cuales, no obstante, han logrado permanecer de manera consecutiva y con una asistencia que crece cada vez más.
La “Batalla de la fe”, como suele conocerse a la concentración, es todo un acontecimiento en la comunidad evangélica.
Muchos vienen de sitios lejanos como Puerto Plata y Barahona en guaguas que les traen muy temprano a la capital con la esperanza de encontrar un asiento disponible.
A pesar de los esfuerzos, son muchos los que ni siquiera alcanzan a estar de pie y permanecen en los alrededores del estadio.
Tiene una capacidad de convocatoria que no logran los artistas que con más éxito se han presentado en este escenario y que se repite año tras año.
“Algunos hablan de 60 mil asistentes, otros de 70 mil, eso no se puede calcular porque no es la capacidad del Estadio, porque ahí las sillas no alcanzan: ahí se usan las sillas, los escalones, se usa el terreno… Abajo, por ejemplo, tenemos 10 mil sillas, pero las 10 mil sillas se quedan adelante, no hay forma de contabilizar los que están atrás de pie”, comenta Molina Rosario.
Pero los inicios no fueron tan multitudinarios. “La primera comenzó en una iglesia que yo era pastor en el Ensanche Luperón, por la Albert Thomas.
Ese lugar no cogía más de 200 personas, estaba lleno, y los pasillos, pero difícilmente había mas de 200 personas. Dos años o tres nos quedamos ahí”, recuerda el pastor Molina.
Después de transitar por templos más grandes, la concentración se realizó en diferentes lugares como el centro de eventos de la Secretaría de Cultura, el auditorio Paco Escribano de Radio Televisión Dominicana, el estadio La Normal, el palacio de los Deportes y finalmente el Estadio Olímpico, donde se ha realizado los últimos 32 años.
El propósito con que surgió fue propiciar una ocasión de jubileo nacional en que la familia evangélica pudiera confraternizar.
Pero la historia de la concentración tuvo un giro importante hacia el año 1982 cuando comenzaron a asistir figuras políticas importantes, invitadas por la organización del evento.
“Recuerdo que ese año teníamos como predicador al evangelista Manuel Ávila, dominicano residente en el exterior, y el tema del mensaje fue “Sin Dios no se gobierna”.
Era año de elecciones y estuvo presente el profesor Juan Bosch, a quien le llamó mucho la atención el tema del predicador y lo único que me pregunto fue ¿de dónde es ese predicador?”, rememora.
De ahí en adelante se hace habitual la asistencia de representantes de partidos políticos, de gobierno y la sociedad civil, dirigiéndose la convocatoria no solo a la iglesia, sino a todo el pueblo dominicano.
El mismo mensaje. La audiencia cambió, pero no así el mensaje, que sigue siendo un consejo basado en la Biblia en el que se procura “que la gente tome a Dios en cuenta en ese año.
Que el 1 de enero sea primicia para Dios.
Oramos por el país, oramos por la familia, oramos por América. Nuestro objetivo principal es dejar un mensaje positivo, dejar a la gente pensando en Dios”, agrega el religioso.
Este año, el pastor predica una vez más con un mensaje titulado “Tiempo de lágrimas”, que podrá ser sintonizado por radio y televisión en todo el país y algunas naciones latinoamericanas.
El programa de la Concentración Evangélica Nacional inicia a las 2:00 de la tarde y, como siempre, está abierto a todo el público.
Encuentro espontáneo. “Una vez, hace unos 10 años, un político de primer orden nos dijo: “para nosotros llevar una cantidad parecida a la que ustedes llevan ahí, tenemos que gastar más de RD$50.0 millones”.
“A este encuentro la gente va espontáneamente, nosotros no hacemos nada, ni siquiera le pagamos el transporte. La gente se sacrifica, porque hay gente que viene desde Pedernales, y son los primeros que llegan y se instalan”.