bohechiodigital@gmail.com---12 de marzo 2013----Se ha hecho costumbre que el fin de semana el Presidente Danilo Medina Sánchez, haga una visita sorpresa a comunidades del país, casi siempre rurales, para celebrar encuentros con los productores, a los cuales le lleva apoyo financiero y soluciones para estimular la producción nacional.
En la última semana les tocó a los productores de las Matas de Farfán, donde el Presidente anunció la terminación de la presa de Palma Sola para irrigar unas 50 mil tareas de tierras agrícolas, al tiempo de ofrecer financiamiento por unos 74 millones de pesos para impulsar las actividades agrícolas de los productores de la zona.
La decisión es un ejemplo de la aspiración del Presidente por elevar la producción agrícola, con el fin de aumentar la capacidad exportable del país, la cual se ha quedado rezagada por una política pública que había estimulado las importaciones en contra de la producción nacional y las exportaciones, a consecuencia de una política de apertura mal entendida que mayormente ha favorecido los intereses extranjeros fortalecidos con la globalización.
La política asumida por el Presidente Medina fomentando la producción nacional, significa un correctivo al modelo anterior que va en la dirección reclamada por amplios sectores de la población, en el sentido de que en el país se dé un cambio de rumbo en el modelo económico, de modo que la Nación se enrumbe hacia un verdadero desarrollo económico y social.
La articulación de estos esfuerzos con los estímulos a los sectores industrial y de turismo, conjuntamente con los dados a la educación y últimamente a la defensa del patrimonio de la República, conforman un nuevo modelo de gestión desde el Estado, que a su vez hará emerger, a medida que estas orientaciones se vayan materializando, un nuevo paradigma de gobernante más parecido al gobernante que hace tiempo descansa en el imaginario de la Sociedad Civil, la que ha aspirado a una real democracia en capacidad de impulsar la producción nacional como condición para desarrollar al país y de prodigar a la población un mayor nivel de gratificación, como compensación a su apoyo a una democracia progresista. Danilo parece estar decidido a ser “el presidente que el pueblo quiere”.
¡Estimulemos, desde la crítica, el paradigma de “el Presidente que el pueblo quiere”!
