bohechiodigital@gmail.com----El presidente Danilo Medina Sánchez, recibe el nuevo año con
grandes desafíos económicos, políticos y sociales que pondrán a prueba
su liderazgo nacional y al interior de su partido, donde tendrá que
lidiar con el protagonismo del expresidente Leonel Fernández Reyna.
El 2013 se presenta con tantos retos para el presidente Danilo Medina
que podría marcar el derrotero de su Gobierno, enfrentando los graves
problemas económicos que heredó para mantener la estabilidad y el
crecimiento en un escenario nacional e internacional poco propicio.
Las mayores interrogantes giran en torno al rendimiento y las
consecuencias sociales del paquete tributario que entra en plena
vigencia desde el primero de enero, mientras deberá reafirmar su
liderazgo tanto a nivel nacional como en su partido, donde tendrá que
lidiar con el protagonismo del expresidente Leonel Fernández.
El paquete tributario. La mayor interrogante con
que inicia el año para el Gobierno es el impacto tanto positivo como
negativo que tendrá el paquete tributario aprobado sin la menor
concertación social. El mejor escenario para las autoridades sería que
la masiva alza impositiva sea asimilada con resignación por la población
y que rinda frutos recaudatorios en breve plazo para compensar y
superar una temida reducción de las actividades productivas.
Los precios de múltiples artículos comenzaron a subir desde la
aprobación de los nuevos impuestos en noviembre, pero el golpe sobre los
bolsillos de la ciudadanía será mucho mayor cuando desde el 1 de enero
rija el alza de la tasa del Itbis del 14 al 16 por ciento y su extensión
a productos de consumo masivo como el café, azúcar, aceites y
chocolate, y los nuevos impuestos selectivos a los combustibles y
bebidas.
El Gobierno podría adoptar la sugerencia sindical de que se adelante
la revisión del salario mínimo previsto para mediados de año, por lo
menos como anestésico de contención del disgusto que ocasionará el
incremento tributario, consciente de que el sector empleador buscará
dilatar la negociación, especialmente si las cada vez más debilitadas
centrales sindicales llegan con una demanda que han adelantado de
aumento general del 30 por ciento.
Los estrategas gubernamentales confían que tras el largo asueto de
las festividades navideñas pierda impulso el movimiento de protestas
desatado tanto por el enorme déficit fiscal dejado por el presidente
Fernández, como por el paquete tributario aprobado al vapor por un
Congreso bajo control del Gobierno.
La crisis que afecta al principal partido de oposición, intensificada
en las últimas semanas y en perspectivas de agravarse, es un factor que
opera en beneficio del Gobierno. No hay una fuerza política en
capacidad de capitalizar la insatisfacción ciudadana.
Y por otro lado al especializar un impuesto de 2 pesos al galón de la
gasolina y el gasoil en beneficio de los transportistas, las
autoridades mediatizaron un sector con gran capacidad para potenciar las
protestas sociales.
El déficit presupuestario. Uno de los más urgentes desafíos del
Gobierno es lograr un incremento de sus ingresos y financiamiento para
cubrir un déficit fiscal proyectado para el 2013 en RD$70,302 millones,
aunque economistas temen que vuelva a acercarse a los 100 mil millones,
unos porque estiman sobreestimados los ingresos y otros porque creen que
estos se reducirán por las consecuencias del paquete fiscal. Ciento
treinta y dos obras incluidas en el Presupuesto del 2013 requieren
financiamiento por más de tres mil millones de dólares.
El otro problema grave es el energético, no solo porque sigue siendo
insuficiente y caro, sino porque el subsidio se comerá este año unos 50
mil millones de pesos.
La elevación de la tarifa es acariciada en los despachos del equipo
económico, aunque el presidente Medina no quiere agregar otro elemento
fuerte a la insatisfacción ciudadana.
Ese es un elemento fundamental si se quiere abrir las puertas a algún
tipo de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, lo que a su vez
tendría repercusión en mejores condiciones para colocar bonos en el
mercado internacional al menos por los mil millones de dólares ya
aprobados por el Congreso.
También viabilizaría desembolsos pendientes del Banco Mundial y del
Banco Interamericano de Desarrollo y facilitaría inversiones
extranjeras.
Como hay conciencia de que el primer desafío es mantener la
estabilidad macroeconómica, evitando una mayor devaluación que repercuta
en el exterior, en ámbitos cercanos al presidente Medina se golosean
dos fuentes de alivio: renegociación de contratos energéticos y sobre
todo el de la Barrick para buscar un mayor ingreso desde el primer año
por las recién iniciadas exportaciones de un oro que seguirá imperando
en el mundo a consecuencia de las crisis de la economía internacional.
Ninguna de las dos serían tareas fáciles, pero cualquiera de ellas
redundaría en fortalecimiento de la imagen de un Gobierno que pretende
rectificar inequidades e iniquidades.
El tiempo de Danilo. El presidente Danilo Medina precisa de algunos
éxitos importantes en materia económica para afianzar su liderazgo,
descartando que pueda buscarlos en el combate a la corrupción o que lo
dejen alcanzarlos siquiera en una drástica reducción del dispendio,
duplicidades y repartos.
Hasta ahora el mandatario ha tenido éxito en proyectar una imagen
rectificadora del despilfarro. La modestia y sencillez con que se ha
manejado, renunciando a viejos signos del poder, como la
instrumentalización clientelista de las cajas navideñas, y la
considerable reducción del dispendio gubernamental y el mejoramiento de
la calidad del gasto, le han ganado reconocimientos.
El mayor de todos por el cumplimiento de la ley que destina el 4 por ciento del producto bruto a la educación preuniversitaria.
Hay quienes esperan importantes cambios de funcionarios y otras
disposiciones que reafirmarían el liderazgo del mandatario, de forma que
nadie dude que este es el tiempo de Danilo y que su gestión no depende
del liderazgo o el poder de su antecesor y nuevo caudillo del partido
gobernante.
Aparentemente Fernández insiste en mantenerse activo compitiendo por
el escenario político, como lo evidenció al entregar personalmente cajas
de comida y bebida navideña por un monto que los mismos repartidores
estimaron en 80 millones de pesos, pero sin decir quién lo financió.
El protagonismo de Leonel es determinante de la necesidad de Danilo
reafirmarse cuanto antes como líder nacional, porque lo que no pueda
hacer en el 2013, le resultará más difícil en el siguiente, ya que para
entonces comenzarán abiertamente las promociones de candidatos para el
2016.
La prohibición de la reelección presidencial conspira ahora contra
Medina y favorece a Leonel, quien ha logrado erigirse como líder de su
partido y ya se proyecta como la mejor garantía de que los peledeístas
puedan seguir en el poder en el 2016.
Posible impacto recesivo
Como todo paquete impositivo que busca sacar más dinero a empresarios
y trabajadores, el que entra en vigencia conlleva en sus inicios un
impacto recesivo. Con menor capacidad de compra las empresas
industriales, comerciales y de servicios, producirán y venderán menos
mientras se genera resignación y compensaciones.
Tanto economistas independientes como funcionarios del Gobierno temen
los efectos recesivos, más aún si se extienden e incentivan la evasión
fiscal.
Y de hecho ya en los últimos días hasta las grandes empresas
comenzaron a reducir gastos publicitarios, suspendiendo contratos, hasta
ver cómo y cuándo se restaura la capacidad de compra de unos
trabajadores que en más de la mitad tienen un ingreso por debajo del
costo de la canasta familiar.
Un reciente estudio auspiciado por las principales centrales
sindicales indica que el 60 por ciento de los trabajadores en general y
el 90 por ciento de los del Estado, no alcanzan a cubrir una canasta
familiar que estiman en RD$25,108.
El incremento salarial es presentado en ese estudio como una salida
imprescindible. El problema es que el Gobierno, como una gran proporción
de empresas, carece de recursos para elevar los salarios. Para las
empresas medianas y pequeñas, que son las más empleadoras, la situación
se presenta difícil porque serán impactadas directamente por los nuevos
tributos.
Si las protestas se reanudan con fuerza, el Gobierno tendría que
manejarse con mucha astucia para evitar echar leña al fuego. Podría
verse compelido a adoptar mayores disposiciones de ahorro, atendiendo
algunos reclamos como por ejemplo liquidar gran parte de los más de 300
vicecónsules y liquidar algunos de los organismos inoperantes que están
en las miras de los insatisfechos.
Lo que muy pocos creen es que el sistema partidista esté en capacidad
de hacer concesiones a la sociedad, como la liquidación de los
barrilitos, cofrecitos y exoneraciones privilegiadas de los
legisladores. Escrito por: JUAN BOLIVAR DIAZ (juanbolivardiaz@gmail.com)