Hoy es Navidad y eso tiene muchas implicaciones. Humanas, de afecto y júbilo, de solidaridad. Somos una familia y somos todos un país con un sentido de alegría y de conmemoración que raya en una fiesta permanente, y que llega a su punto máximo en diciembre.
La época reúne la familia. Llama a los familiares y parientes cercanos, desde el rincón más apartado del mundo. Todos hallan un momento para hacer un alto, no importa donde estén. Vuelven en diciembre a la República Dominicana, a pasar los días más importantes de su vida junto a los suyos.
Hay otras implicaciones. Debemos amar la vida, gozar el momento, pero con sentido humano, con comedimiento, con respeto al prójimo. Eso es la Navidad, amar con alegría, con respeto, con sabiduría y prudencia.
La Navidad es respetar las disposiciones, las prohibiciones, usar las bebidas para las fiestas, no abusar de ellas. En las calles, si alguien va al frente de un volante, otros van en igual condición. Lo correcto es desplazarse a una velocidad prudente para evitar accidentes lamentables.
El periodo cumbre del año hay que vivirlo a la altura del momento. No habrá una Navidad más bella que esta si entre todos contribuimos a que lo sea.
Vivamos juntos el momento y disfrutemos de un país hermoso, que nos invita, como buenos dominicanos, a ser felices, junto a nuestros seres más queridos y amados. Felicidades pueblo dominicano, Fuente diario digital El Día.