
La policía dijo en un principio que se habían encontrado seis cadáveres en la casa y que estaban desaparecidos los ex suegros y la otrora esposa de Bruce Pardo, el único sospechoso de la masacre. Más tarde, la oficina forense del condado de Los Angeles indicó que se habían hallado en total ocho cadáveres.
Las autoridades temen que la persona desaparecida esté entre las cenizas de la casa, que Pardo incendió empleando un extraño dispositivo de fabricación casera que rociaba líquido inflamable.